jueves, 13 de noviembre de 2008


EL VÉRTIGO




Es una afección de una parte del oído interno que es el indicador del equilibrio.
Se tiene la impresión de perder la vertical, como si hubiéramos perdido el control y estuviéramos sobre un suelo que se mueve. En vez de dar vueltas a las cosas para que algo se mueva en la vida, las cosas parecen girar de forma incontrolada a nuestro alrededor.
Es posible que la afección aparezca tras realizar algunos cambios que no parecen equilibrados a nuestros ojos o a los de los que nos rodean. El juicio de las otras personas nos causa problemas, aunque no queramos aceptarlo.
En ocasiones, el vértigo aparece tras un cambio muy rápido de postura. A veces, nos exigimos, obedeciendo a la programación de nuestro árbol genealógico, la perfección, la premura, la descarga de impulsos inmediata. El cuerpo nos envía un mensaje sanador: enlentece tus pasos, tómate tiempo para decidir y para llegar a tus metas.
Hay cierta angustia a la hora de tomar decisiones que nos dirijan hacia lo nuevo, un miedo a no haber encontrado el camino adecuado.
Cuando el vértigo culmina con un desmayo y caemos al suelo, nos llega la lección de “al fin caíste en tierra firme”, pues parece que se vivía ingenuamente en alguna fantasía.
Esta enfermedad es un mensaje para que escuchemos nuestras verdaderas necesidades y cambiemos el concepto de lo que es una persona equilibrada. Deberíamos encontrar el giro adecuado en nuestra vida, dejarnos llevar por la intuición y no pretender controlarlo todo.
Podríamos considerar también al vértigo se como un ataque al narcisismo. El sujeto, siente debilidad, inseguridad y malestar, acaba de percibir que no es él el que controla al entorno que antes creía su espejo, sino que éste gravita obedeciendo a sus propias leyes.
A un nivel astrológico se considera una afección neptuniana, donde tenemos miedo de ser tragados por algo que es mucho mayor, algo que no tiene límites…

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