martes, 4 de noviembre de 2008

Perdonar, en ocaciones, no es un camino


“Cuando uno emprende una vía de sanación y liberación, el perdón puede convertirse en un refugio para no recorrerlo hasta el final. Una palabra detrás de la cual uno se puede esconder para evadir lo esencial, su miedo encubierto.
Perdón es una palabra santa, pero llena de trampas…
Hay que comprender que nadie es del todo culpable, pues lo sucedido en el seno de una familia acostumbra a deberse a sus implacables estructuras del pasado. Muchos hablan del perdón, hay diversas terapias que abordan este espinoso asunto: pero el perdón no es un concepto, sino un proceso.
Es una idea que contiene demasiadas raíces religiosas. Errar por el mundo pagando el pecado original en busca del perdón divino hasta la muerte e incluso más allá es una buena aspirina contra la consciencia y uno de los programas más nocivos para la humanidad
Podemos preguntarnos: ¿Cómo alguien se va a sanar cargando con una moral a cuestas? Muy a menudo, lo que es inmoral para una cultura es perfectamente lícito para otra, lo que nos puede dar una idea de cuán engañosa es a veces la moral…
No podemos pasarnos la vida negando nuestros impulsos: si existen, es que hay cosas que debemos abordar, comprender, solucionar y despejar. Bien podemos realizarlas en concreto si no dañan a nadie, o bien metafóricamente, como propone la psicomagia. Así las pulsiones encuentran una vía de escape…

(Cristóbal Jodorowsky en El collar del tigre)

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